Es el espacio físico que articula nuestro proyecto de formación política y educación popular. Es una especie de plataforma condensadora de prácticas y saberes que se extienden y complementan a nivel nacional y entran en contacto con las organizaciones y movimientos populares de otras partes del mundo. Su construcción inició en los primeros meses de 2021 y ha sido un profundo y consciente proceso de trabajo colectivo perseverante y laborioso. Desde el conocer sobre el entorno y sus prácticas vernáculas, hasta comprender las dinámicas laborales del territorio, complejizar las ideas iniciales sobre qué y cómo iríamos a construir. Todo, desde el primer adobe hasta la última madera que recubre el techo, ha sido parte del proceso formativo.
Le llamamos Casa, no escuela o espacio, porque la asociamos directamente a la idea de ser habitada en la totalidad y multiplicidad de los sentidos que significa eso. También porque en la tradición mexicana así se le llamaban a los centros de formación para gobernar, administrar, cultivar las ciencias y las artes; incluso de preparación para la guerra.
Y le nombramos Tecmilco porque desde tiempos ancestrales este lugar se conoce con ese nombre. Los saberes populares nombraban a los lugares en función de las relaciones que tenían con su entorno natural, político y en general con el mundo que los englobaba. Así al lugar donde se levanta la Casa le dieron el vocablo náhuatl Tecmilco: “lugar de la dignidad real”. Sus fértiles tierras alimentaban a gran parte del pueblo de Amatlán, donde residía uno de los gobernantes más justo del pueblo mexica: Quetzalcóatl. Nosotrxs queremos que sea un lugar donde la dignidad real, la dignidad humana, alimente la sed de justicia de los pueblos que luchan.
Tecmilco es parte del pueblo de Amatlán en Tepoztlán, Morelos. Sus tierras condensan una rica biodiversidad y sobre todo una muy profunda historia de lucha. Desde tiempos de la conquista y la independencia, el pueblo se ha convertido en un ejemplo de rebeldía. Los relatos de la gesta revolucionaria zapatista perviven subterráneamente. Las luchas mas recientes contra el tren escénico, teleférico, club de golf y ampliación de la autopista son testimonios de resistencia, pero también del permanente asedio por la riqueza aquí custodiada.
En las faldas del Parque Nacional El Tepozteco, este espacio se inscribe en la vasta cadena de esfuerzos por juntar, poner en diálogo y compartir saberes y prácticas críticas y transformadoras. Nos asumimos como parte de los esfuerzos formativos que tuvo el zapatismo y el jaramillismo. También de las grandes creaciones de Mónico Rodríguez. Y de los importantes espacios de encuentro que Sergio Méndez Arceo, el sindicalismo y las luchas populares y campesinas impulsaron, así como del Centro de Investigación Documental (CIDOC) convocado por Iván Illich. Así mismo, de los demás aportes que las y los migrantes de otras latitudes, como Francisco Julião, Gerardo Thijssen, Jean Robert –entre tantos más– han dado al pueblo de Morelos.
Además, cabe señalar, que Casa Tecmilco se ubica muy cerca de la Ciudad de México resultando un punto de encuentro bastante eficaz y accesible para congregar gente de diversos puntos del país.